Para empezar, mis clases dependen del estudiante al que me dirija. Asimismo, me gusta dejar trabajos sobre el pensamiento y reflexión propia, abarcando todos los problemas universales de la filosofía, esto con el fin de reforzar el pensamiento analítico y crítico para así poder comprender y desarrollar de una mejor forma la lectura de textos.
Por otra parte, me gusta partir de la literatura y la...
Para empezar, mis clases dependen del estudiante al que me dirija. Asimismo, me gusta dejar trabajos sobre el pensamiento y reflexión propia, abarcando todos los problemas universales de la filosofía, esto con el fin de reforzar el pensamiento analítico y crítico para así poder comprender y desarrollar de una mejor forma la lectura de textos.
Por otra parte, me gusta partir de la literatura y la poesía, para la enseñanza de la filosofía, por lo cual, es evidente un gran compromiso de lectura por parte del estudiante. Por el contrario, si el estudiante no tiene una gran pasión por la lectura o es algo que no lo motiva aún, se pueden dirigir las clases hacia ese fin, para encontrar como consecuencia una mejor comprensión lectora y un hábito lector.
En efecto, se puede abordar desde muchos puntos de vista la filosofía y su aprendizaje, por ello, también se debe identificar la necesidad que tiene el estudiante para poder crear y tener un buen plan de estudio para el desarrollo de su conocimiento. Esto conlleva una rigurosidad propia y un compromiso con el plan que se propondrá.
En otra cuestión, el estudiante si lo desea, también puede sugerir o agregar ideas para el desarrollo de la clase y, por ende, su aprendizaje. Con esto, se plantea crear un ambiente propicio y adecuado para el estudiante.