Hace mucho tiempo, me di cuenta de varias cosas con respecto a mi persona, me di cuenta que enseñar me apasiona, y no solo es la transmisión de conocimientos; para mí enseñar es volverme a enseñar lo que yo creía que ya tenía entendido, por que en muchas ocasiones, uno entiende y comprende las cosas de una manera, pero eso no significa, que los demás deban comprender al igual que yo las cosas.
Enseñar y aprender son sinónimos no de la manera gramatical, pero sí de acción, cuando un profesor enseña se nutre de las preguntas de sus alumnos, y el alumno alimenta al profesor con su curiosidad, es una simbiosis donde ambos crecen juntos para descubrir el conocimiento que está en el mundo del cuestionamiento. La enseñanza abre un sin número de puertas capaces de transformar el entorno de las personas que están involucradas en el proceso de aprendizaje, y repercute a todos a su alrededor.
Por lo tanto ser un buen profesor no solo es llegar y dar una clase, ser un profesor requiere de ciertas habilidades, de comunicación y comprensión para atender las necesidades del que desea aprender, comprender sus necesidades y a partir de esto, armar una clase, un aula, una dinámica, que lleve al resultado deseado, no existe mayor alegría para un docente que puede lograr que su alumno comprenda un tema y que este se sienta dichoso de haber aprendido lo que se le enseñó, ese momento, donde su alegría se esboza en el rostro es por el cual a muchos nos gusta enseñar.
¿Recuerdan cuando aprendieron utilizar su bicicleta por primera vez? sí tuvieron la fortuna de que alguien les enseñará y mejor aún si fue su padre, recuerden la emoción que él sentía al momento de describirles cómo usar la bicicleta, entusiasmo y alegría al momento de explicar lo que pasaba, igual no todos tienen la misma experiencia, pero algunos tendrán una historia similar donde alguien les explicó algo con tal emoción que jamás lo olvidaron, esa es la alegría que busco al enseñar.
Para mi esa sensación es un breve momento que puede durar toda una vida en la memoria de un buen profesor.
Maestro. Norman A. Urueta