Estoy a las puertas de finalizar mi graduación como historiador por la UDL y, antes de terminar mis estudios de grado, me gustaría compartir con aquellos que todavía os estáis formando, un método de estudio que me ha resultado muy útil.
Antes de comenzar a estudiar cualquier etapa histórica es necesario situarla en el tiempo y en el espacio. Por ello, como podéis ver en la imagen de la portada, siempre que me he preparado cualquier examen, lo primero que he hecho es imprimirme mapas de la zona estudiada y hacerme ejes cronológicos en los que voy situando los distintos eventos históricos según el lugar y el tiempo en el que suceden, siguiendo un orden cronológico.
Tener delante el eje cronológico mientras estudias historia, con la información distribuida en el tiempo, te permite entender de manera muy fácil por qué sucede cada acción posterior. Hace entendible la relación causa-efecto existente entre los distintos sucesos. De este modo no estas leyendo continuamente, letras, letras y más letras, sino que vas comprendiendo por qué los hechos se desarrollaron de esa forma y no otra.
De igual manera, el hecho de destribuirlo en el espacio te permite estudiar historia como si de un cuento o película se tratara. Si conforme se va desarrollando la historia, la vas plasmando en el mapa del mismo modo que se desarrolla en los libros de texto, tendrás retenido en la mente un recuerdo más visual que no solo letras. La memoria fotográfica es otro factor a tener en cuenta durante el periodo de memorización de datos, por ello, tener el soporte de la información que debes estudiar acompañada de un soporte visual te aportará una herramienta extra.
Por ejemplo, en un examen en el que tuve que aprender cómo se produce la primera mundialización, me imprimí unos cuantos mapamundi, tal y como podéis ver en la imagen de la portada, y en ellos distribuí la información que tenía que estudiar. En ella está plasmada la información sobre cómo los europeos se reparten el mundo después de que la ruta de la seda quedara cortada por el Imperio Otomano con la toma de Constantinopla (1453). Se puede observar las dos líneas rojas que obedecen al Tratado de Tordesillas (1494), por el que Portugal y España se repartirian el Nuevo Mundo. El cómo se irían desarrollando los sucesos quedaría explicado en el propio mapa, en el reverso de la misma hoja y, aquella información más determinante de cada fracción de tiempo la escribiría en el eje cronológico.
Como resultado obtendrías quizá, como en mi caso, unos 10 mapas imprimidos y enumerados en los que vas explicando en los reversos toda la historia a la vez que la distribuyes en el mapa y en el eje cronológico en función de lo determinante que sea la información para entender el transcurso de la historia. Al final, utilizarías todas las herramientas para construir el cuento o la película y comenzar a visualizarlo para entenderlo y así aprenderlo para el examen y para el resto de tu vida, porque lo que se entiende no se olvida, lo que simplemente se empolla, sí. Para aquellos que hayáis jugado al Assassins Creed, se trata de crear tu propio animus y vivir la historia. Reconozco que es un método muy laborioso, pero os prometo que también es eficaz.