¡Qué pocos amigos tienen los deberes escolares! Vamos que son tan poco populares que, cada dos por tres se reabre el debate sobre si deberían extinguirse. Si esto ocurriera, pocos serían los que derramarían lágrimas…
No hablamos solo de que a muchos niños los deberes les caen muy mal y que recurren a excusas de lo más curiosas para justificar que no estén hechos (¿a que tú también estás pensando en “se los comió mi perro?); sino también del numeroso el grupo de padres que “vende” los deberes a la menor y que no duda en echarles la culta para afrontar ese momento en el que el docente de turno quiere una reunión para llamar la atención sobre la falta de esfuerzo del niño…
¿Eres de los que recurren a estas excusas para justificar que tu hijo no suele hacer los deberes? Puede que en alguna ocasión hayas usado alguna de estas excusas, u otras similares…
Las típicas excusas para justificar que tu hijo no lleve los deberes hechos que probablemente tú también has usado
Llega cansado después de la tarea extraescolar
Tan básica como práctica es la idea de que las actividades extraescolares restan tiempo de las tardes del niño, tanto tiempo como para que no pueda dedicarlo a su tarea escolar, por poca o sencilla que esta pudiera ser…
Tiene muchos deberes
“Tener muchos deberes”, así, como idea en general, es algo relativo, porque ¿cuánto es mucho tiempo? Y lo que es más importante: ¿es todo el tiempo que se pasa tu hijo sentado tiempo que dedica a hacer deberes?
Siempre deja los deberes para última hora, ¡y no le da tiempo!
El tiempo una vez más es el pobre pardillo al que se echa la culpa de los deberes sin hacer, claro que en este caso, como padre estás relacionando, puede que de forma inconsciente, dos ideas importantes: que no tiene tiempo, pero que tu hijo tampoco sabe cómo gestionar su tiempo y sus deberes.
No es capaz de estudiar de forma independiente
Que traducido significa: “Necesita que yo esté todo el tiempo detrás de él para recordarle que haga los deberes”. Y sí, es comprensible que si los deberes se entienden como parte de su trabajo autónomo y el tutor tiene que estar pendiente de que los haga, hay algo que no está funcionando. Pero de ahí a permitir que vaya sin los deberes sin hacer hay un mundo.
Cada vez que le ayudo, terminamos discutiendo
Unida a la anterior, o como consecuencia lógica está esta otra que “culpa a los deberes”, y también a quien los manda), de que en el entorno familiar no reine la perpetua armonía, porque cada vez que es tiempo de hacer deberes, las paredes tiemblan…
El maestro o maestra no le explica
Bueno, para soltar esta excusa al maestro hay que ser muy valiente, pero no se puede decir que no se use cuando se habla con el profesor particular al que se pasa la pelota de hacer que tu hijo lleve los deberes hechos a clase.
No hacer los deberes puede ser solo un problema de fondo
No vamos a entrar en la polémica de si los niños tienen, o no, muchos deberes, porque es un tema largo y complicado. Pero sí que es cierto que observarles mientras realizan su tarea escolar y analizar de forma objetiva su comportamiento mientras estudian y hacen su tarea, puede ayudar a determinar cómo es su comportamiento en clase y el grado de atención que prestan.
Quizás sería útil pensar en el profesor no como en un enemigo a superar y, tal vez sería interesante destinar el tiempo a pensar en excusas para justificar que tu hijo no lleve hechos los deberes en buscar soluciones para revertir esta situación y ayudarle a mejorar. No hay que olvidar que en casa también aprenden a aprender, sobre todo de forma autónoma, no se trata de acatar e imponer la “cantidad de deberes” sin ton ni son, sino que favorecer la “calidad del tiempo que dedican a hacer deberes”.