Enfrentarse al fracaso escolar no es fácil. De hecho, es tan complicado que muchas veces no podemos reconocerlo aun teniéndolo delante. Aceptar que nuestro hijo necesita ayuda para aprobar lo que otros niños aprueban sin muchos problemas puede ser duro, pero necesario.
Tenemos que ser capaces de reconocer cuándo hace falta ayuda antes de que sea demasiado tarde. Antes de que la cosa vaya a mal y aparezcan problemas como repetir curso o cosas peores.
Por eso, mientras estemos a tiempo no tenemos que reparar en gastos y esfuerzo y contratar unas clases de apoyo escolar que nos ayuden con la educación de nuestro hijo. Es sin duda la mejor forma de solucionar un problema como este.
Pasos para saber si mi hijo necesita clases de apoyo escolar
Saber si un hijo tiene un problema o no con los estudios es una cuestión de comunicación y constancia. Un padre que está atento a las necesidades de su hijo no debe pillarle por sorpresa nada de lo que pase.
Aun así, muchas veces es complicado saber el momento exacto en el que aceptar que hace falta recibir clases de apoyo a domicilio. Por eso debes seguir una serie de pasos desde el primer día de colegio:
- Observar desde el primer momento: hay que saber cómo estudia nuestro hijo. Cómo se organiza, cómo se concentra y cómo trabaja. A veces, el fracaso escolar se refleja en aspectos como la compresión lectora o la falta de concentración que no tienen por qué significar malos resultados académicos en los niveles básicos de la enseñanza. Sin embargo, cuando el alumno llega a la secundaria comienza a suspender por estos motivos.
- Seguimiento de las evaluaciones: los exámenes y las pruebas que se les hacen en el colegio son muy importante. Por eso es importante que llevemos nuestro propio registro sobre la constancia y evolución de nuestro hijo. Es importante que esto lo hagamos apuntando los datos y que no nos dejemos llevar por las sensaciones.
- Autoevaluaciones: esto no significa que le hagamos exámenes en casa. Solo debes estar siempre haciendo preguntas que te hagan ver si está aprendiendo o no. Evalúa las capacidades de tu hijo y conoce sus puntos fuertes y débiles.
- Habla con tu hijo: es el pilar importante para saber detectar cualquier problema. Debes escucharlo, hacerle preguntas, saber cómo se siente, qué le gusta, que le aburre, que le cuesta más y qué le resulta fácil. Sin comunicación es imposible llegar a ningún sitio.
- Asiste a tutorías: otro pilar importante es conocer la opinión que tienen los profesores de él. Una tutoría al trimestre es algo importante, saber cómo es la evolución académica, conocer su actitud en clase y cómo se relaciona. Además si hay algún problema los profesores te pueden decir si tu hijo necesita clases particulares o no.
Estos no son los únicos pasos y consejos, pero son algunos de los que debes seguir con seguridad. El resto de cosas que tendrás que ir haciendo solo la sabrás con la experiencia. Por ejemplo, podrías evaluar las capacidades cognitivas con la ayuda de expertos, pero este recurso solo es necesario en niños con problemas de aprendizaje graves, así que no siempre es necesario.
Diferencia entre trastorno de aprendizaje y malos resultados
Muchos padres entran en pánico ante unos malos resultados académicos y es bastante común pensar que nuestro hijo o hija tiene un trastorno de aprendizaje solo porque le han quedado varias asignaturas.
Los suspensos reflejan que algo no va bien, pero no tiene que ser algo tan serio como un trastorno. Aun así, la detección de estas dificultades es muy importante y cuánto antes se realice mejor. Nunca se desaconseja realizar las pruebas pertinentes con los expertos que correspondan.
Pero si la duda no te deja ser paciente debes entender que suspender es algo normal. No es algo necesariamente bueno, pero es algo a lo que muchos niños sin dificultades cognitivas se enfrentan en algún momento de su vida.
Todo el mundo puede tener un mal día, una mal trimestre, incluso un mal curso o varios. Sin la necesidad de que esto sea un problema de fondo. Los trastornos cognitivos afectan a las habilidades básicas del niño impide aprender al mismo ritmo. Algunos síntomas son:
- Dominio de la lectura, escritura y compresión muy por debajo de la media de su edad.
- Le cuesta entender y seguir instrucciones.
- Problemas de memoria a corto plazo.
- Falta de coordinación motora.
- Pierde con mucha constancia objetivos, libros y otras cosas importantes.
- No sabe administrar el tiempo.
- Resistencia exagerada al cumplimiento de obligaciones.
- Comportamiento hostil y violento.
No se puede concluir que un niño con estos síntomas tenga un trastorno de aprendizaje sin que se le haya evaluado un profesional. Por eso, si detectamos la mayoría de esto, tenemos que acudir a que le realices algunas pruebas que nos indiquen qué le pasa a nuestro hijo.
Un trastorno de aprendizaje no tiene nada que ver con la inteligencia. De hecho, en la mayoría de casos la dificultad de aprender se refleja en aquellas cosas que marca la educación reglada y puede que haya habilidades en las que nuestro hijo sea extraordinario.
Estos trastornos se dan tanto en niños con una inteligencia por debajo de la media, como por encima de ella. Y la inmensa mayoría de casos son superables, con el debido tratamiento, trabajo y esfuerzo se pueden superar.