Hoy me he levantado con una idea en la cabeza que no para de rondarme...
El otro día, en una reunión de la asociación de la que formo parte, un padre, angustiado por su situación, dijo textualmente: "Los maestros no están preparados" Como no quiero que se generalice, explicaré que este padre seguramente hacia referencia a la detección de alguna necesidad educativa, en el caso que nos ocupa, la DISLEXIA, trastorno al que ya he hecho referencia con anterioridad.
No es la primera vez que escucho esto y la verdad, ya no me salta la vena del cuello al oirlo e intentar defender la labor del maestro.
Primero pondré un ejemplo sencillo. En nuestra sanidad nos encontramos con diversos médicos que atienden a diversas especialidades, un cardiólogo no tiene la misma formación específica que un podólogo. Pues bien, en la educación pasa lo mismo. Existen diversos especialistas que comparten una base pedagógica pero no todos están formados en la misma especialidad.
Soy maestra y quiero aclarar esto ya que lo considero importante para que cuando terminéis de leerme se entienda un poco la situación.
Os voy a hablar de mi caso, SOY MAESTRA. Maestra especialista en audición y lenguaje. ¿Saben los padres y madres que existe esta especialidad?
Bien, somos profesionales formados para rehabilitar, apoyar, orientar, educar sobre cualquier transtorno o necesidad educativa en el area de la audición y lenguaje. Dar apoyo al maestro o maestra y al orientador u orientadora del centro. También hay otros maestros y maestras formados en la "educación especial", los llamados P.T.
Tenemos la formación que se nos ha transmitido, la que se transfiere en la Universidad (ni mejor ni peor, esa, solo esa) basada en estudios e investigaciones y teorías elaboradas hace ya algunos años.
Además tambien existimos personas que al margen de esos conocimientos, nos dedicamos a estudiar, leer e informarnos por nuestra cuenta. Ya que nunca es suficiente con lo que se aprende en la facultad. Nos convertimos en autodidactas porque amamos lo que hacemos. A todo esto se le une la experiencia y la vocación personal de cada uno de los profesionales que conforman esta especialidad.
Esto por un lado.
Por otro lado me gustaría hacer unas preguntas, sin dar respuesta para que se reflexione o se investigue sobre el tema. Por ejemplo ¿Existe un puesto creado para el maestro o maestra de AL en todos los colegios? Si es que sí, estupendo. Pero, ¿Siempre son ocupados por maestros? ¿O por logopedas? Ahí lo dejo...que aunque hay una línea delgada que separa ambas profesiones, existen ciertas diferencias que crean un debate que trae mucha controversia y no es mi intención abrir disputas al respecto.
Más preguntas ¿Cuáles son los planes de actuación a la hora de detectar o intervenir? Existen protocolos pero ¿Quiénes estipulan los tiempos a la hora de diagnosticar o intervenir, por ejemplo? ¿La administración? Solo pregunto.
Conocemos que existe una "clase de apoyo" a la que algunos alumnos acuden cuando presentan alguna dificultad. ¿Qué se hace en ella? ¿Repasar mates y lengua? Un ejemplo, si un alumno posee dislexia (siguiendo el tema) por mucho que salga de clase a seguir reforzando mates y lengua, continuará con la dislexia, ya que no es esta la solución al trastorno, la dislexia no se va como un dolor de cabeza, permanece y parte de la mejora está en la metodología. ¿Por qué sacamos a los alumnos del aula para enseñar lo mismo que dentro de ella si no se va a hacer un tratamiento específico que haga mejorar esa necesidad? (Quiero decir, que conozco colegios en los que esa forma de actuar, correcta bajo mi punto de vista, se lleva a cabo, pero quiero que lo penséis)
En conclusion, somos un colectivo a la sombra de otra profesion que "tiene mas nombre", formados por profesionales que transmiten conocimientos que en ocasiones quedan obsoletos ( en mi opinión) y algunos de los cuales no conocen ni la realidad en los centros educativos ni la realidad de las familias afectadas.
Estamos "sujetos" a cumplir protocolos que vienen establecidos como quien dice, del más allá, sin tener en cuenta la importancia de una intervención a tiempo.
Lo que si diré es, que al margen de todo, tanto profesionales de la educación como familias, debemos tener HUMANIDAD los unos para con los otros.
Si nos ponemos en la piel del de enfrente, conocemos la situación, empatizamos y trabajamos en equipo, obtendremos beneficios. Beneficios ¡ojo!, para nuestros menores. Menores que están atravesando una dificultad, ya sea transitoria o permanente.
Os lo cuenta una maestra que ama su profesión y que comparte la angustia de las familias. Si trabajamos juntos, llegaremos a un mismo destino.
Carolina.