Tengo un amor especial por la enseñanza. He dado clases formales a nivel bachillerato y permanezco en el asombro por la pasión y curiosidad que le puede imprimir un estudiante a cualquier cosa que le sea presentada como algo que vale la pena. Además me dedico a las artes plásticas, arte sacro y el diseño gráfico, por eso yo misma sé algo de pasión e interés genuino.
Siempre me ha parecido triste...
Tengo un amor especial por la enseñanza. He dado clases formales a nivel bachillerato y permanezco en el asombro por la pasión y curiosidad que le puede imprimir un estudiante a cualquier cosa que le sea presentada como algo que vale la pena. Además me dedico a las artes plásticas, arte sacro y el diseño gráfico, por eso yo misma sé algo de pasión e interés genuino.
Siempre me ha parecido triste que no se le encuentre el lado emocionante a la historia del arte porque a menudo se enseña como una materia árida. Sin embargo al relacionar las piezas de arte con su definición de origen, el momento particular y los ideales humanos que las inspiraron, fácilmente podemos encontrar lo fascinante en expresiones de arte actual, y también en el arte antiguo que todavía puede hablarnos hoy. La famosa frase "quien no conoce su historia está condenado a repetirla" suena como una cruel amenaza, pero podemos verla en positivo... ¿Qué tal que tuviéramos las herramientas para saber qué aspectos de la historia conviene conservar o repetir y qué conviene que llevemos a una siguiente etapa de progreso? Eso solo lo puede responder alguien que sabe pensar respecto al pasado y el presente para caminar hacia el futuro. Quisiera acompañar a todo curioso de la historia del arte en ese proceso.