Tomé mi primera clase de yoga gracias a mis dos hermanas. En el 2006 nos inscribimos en un curso de Hatha Yoga que organizaba la Universidad de Viena - por dolores de espalda y también nos parecía divertido hacer una actividad juntas. Las tres seguimos hasta el día de hoy con la práctica.

Seguí tomando clases de Hatha Yoga cuando me mudé a Berlín. Con Ashtanga Yoga empecé acá en Buenos Aires en el 2013 con Rocío Campos. El año siguiente comencé a practicar con Patricia Aballay que sigue siendo mi maestra hasta el día de hoy. En el 2016 y 2017 fui a Mysore para practicar con Saraswathi Jois. Actualmente estoy cursando la tecnicatura de yoga en la Universidad del Salvador para profundizar mis conocimientos teóricos.

Al inicio, el cambio más notorio que trajo el Yoga a mi vida fue a nivel físico: desaparecieron mis dolores de espalda y la práctica me sentí cada vez mejor en mi cuerpo, me enfermé cada vez menos. Con la práctica de Ashtanga estamos purificando nuestros cuerpos todos los días y eso con el tiempo también noté a nivel más sutil. Y obviamente sigue el aprendizaje: estoy tratando de cuidarme cada vez mejor - con respecto a mi alimentación, mi compañía, mi energía.

Trato de ser una guía para lxs alumnxs, acompañarlxs en su aprendizaje y pasarles mis conocimientos a la medida que van progresando. Es un gran desafío tratar de ponerse en el lugar, el cuerpo del otro y buscar la manera de ayudarlo. Es hermoso ver como crecen en su camino, no sólo a nivel físico de la práctica y la verdad estoy muy agradecida por cada hora que puedo estar enseñando, compartiendo.

Además de dar clases de Ashtanga y Hatha Yoga soy reflexóloga y profe de cocina ayurvédica.