Revisamos la realidad, la iluminamos con el conocimiento antecedente, la pensamos con la propia existencia, consolidamos un criterio propio y nos disponemos a la acción. Posteriormente evaluamos el nivel operacional de lo aprendido y celebramos los logros mientras precisamos lo que se debe mejorar.
Estaremos en contacto con las emociones y los pensamientos, tratando de manejar un equilibrio real...
Revisamos la realidad, la iluminamos con el conocimiento antecedente, la pensamos con la propia existencia, consolidamos un criterio propio y nos disponemos a la acción. Posteriormente evaluamos el nivel operacional de lo aprendido y celebramos los logros mientras precisamos lo que se debe mejorar.
Estaremos en contacto con las emociones y los pensamientos, tratando de manejar un equilibrio realizacional y tocando la profundo del espíritu así como la materialidad misma en sí.
Los mejores aprendizajes los obtenemos de nuestra propia existencia, de la historia y del equilibrio pasión-reflexión que nos plantea dialogar con el mundo, tal y como es, como se encuentra. Antes de transformarlo, nos proponemos generar una revolución interna y desde ahí valorar y distinguir con criterios realistas lo que podemos transformar y lo que no.
“No es el mucho saber lo que sacia y satisface el ánima, sino el gustar y sentir de las cosas internamente”
Íñigo López de Mendoza.