No se aprende la filosofía, se aprende a filosofar a partir de filósofos que han existido históricamente para aprender a convertir la vida individual, que es un accidente, en una existencia, es decir, trascender. Bajo la exigencia kantiana de "sapere aude", la filosofía es muy versátil y te permite buscar un pensamiento crítico en diferentes áreas de la vida sociopolítica y económica bajo la exigencia de un pensamiento crítico en aras de dignidad y justicia social. En la sociedad de la información donde nos tocó nacer, tenemos la obligación ética de convertir la información en conocimiento pero reconociendo el peso óntico y/o antropológico de la crítica de los demás para ir construyendo una globalización mucho más humana, y no un monstruo que estaría acabando con el medio ambiente y privando a las generaciones venideras de condiciones de una vida óptima. En este sentido, la lectura crítica, más que un fastidio, es un viaje a lo más profundo de la humanidad para ir rescatando pensamientos críticos mediante el diálogo para entender donde estamos y extrapolar un sentido profundo, humano y poderoso para uno mismo y también los que están conmigo, respetando siempre la libertad de pensar y de divergir. En este proceso, tengo mucha admiración por la síntesis de Platón, proyectando la primera utopía del mundo occidental, pero también la fuerza de E. Kant cuando formula su ética en torno al imperativo categórico, pero reconociendo que sus pensamientos no son verdades absolutas, y la sociedad contemporánea se sustenta en paradigmas nuevos e innovadores..