Cuando decidí estudiar para ser escritora, tenía miedo porque nunca he sido una lectora empedernida de clásicos. Y fue difícil darme cuenta que eso no tiene nada que ver con escribir. ¿Ayuda? Claro que sí. Pero no lo es todo.
Escribir no es este arte inalcanzable y rebuscado oculto en un libro de pasta dura, como yo creí algún día. La escritura es esta que brilla en nuestras pantallas, es pasión...
Cuando decidí estudiar para ser escritora, tenía miedo porque nunca he sido una lectora empedernida de clásicos. Y fue difícil darme cuenta que eso no tiene nada que ver con escribir. ¿Ayuda? Claro que sí. Pero no lo es todo.
Escribir no es este arte inalcanzable y rebuscado oculto en un libro de pasta dura, como yo creí algún día. La escritura es esta que brilla en nuestras pantallas, es pasión y sobre todo es un juego. De eso se trata. Jugar con las palabras, con los puntos, las comas y el orden establecido. Es dejar que las letras te absorban hasta que no recuerdes que estabas escribiendo. Sí, puede haber algunas reglas, pero a fin de cuentas ¿qué juego no las tiene?
Así que déjame enseñarte a jugar este juego y dejar de tenerle miedo a esa primera página en blanco.