Si hubiera 10 estrellas, sin duda se las daría como calificación a Gabo. Es un profesor súper humano y siempre estás tú primero como persona para él. Su técnica de enseñanza está basada en la confianza. Te ayuda realmente a disfrutar la música y en mi caso, el tocar el cello como una actividad de disfrute y no una obligación.
Aunque Gabo es muy relajado, nunca ha perdido el sentido de responsabilidad y sin duda hemos avanzado mucho porque sabe demasiado y porque también es muy genuino. Cuando hay que apretar el paso, lo dice sin dudar.
Disfruto también mucho sus clases de historia de la música, de teoría y cuenta con la gran ventaja de poder dar clases presenciales o vía remota, que se ajusta mucho a nuestra actual realidad laboral.
Ir a su clase es en realidad ir a aprender con un amigo y maestro no sólo de música sino de vida.
¡Es de los mejores profesores que he tenido en la vida!