Recuerdo lo aburridas que eran las clases cuando estaba en básica secundaria y bachillerato. Me sentaba en el pupitre a oír al maestro dar su clase, memorizaba tanto como podía y al final trataba de pasar un examen que no determinaba mis verdaderas competencias. Es por eso que pienso que más allá del debate sobre la eficacia de aprender de memoria, cuando se habla de educación uno de los aspectos más discutidos es la necesidad de enseñar a los alumnos a trabajar con la información que reciben en la escuela. Enseñarles a contextualizar, analizar, relacionar y argumentar. Es decir, convertir información en conocimiento.

Con eso en mente, Mi metodología es un modelo pedagógico vasado en el aprendizaje a través de la resolución de problemas, por ponerlo en términos simples. Pues en sí, es un modelo de aprendizaje que amalgama métodos como el Thinking Based Learning y el Flipped Classroom. De manera que en el contexto de una educación a distancia subvierte las características tradicionales de la educación.

En lugar de impartir catedra, mi trabajo se enfoca en identificar con exactitud los problemas de cada alumno y orientar su experiencia educativa la creación y la innovación para resolver sus problemas y satisfacer sus necesidades particulares de la forma más optima y eficiente a través de la implementación de un pensamiento crítico y metodológico.

Esta metodología parte de un problema concreto y real, por lo que en lugar de un modelo teórico y abstracto tradicional, busca que los materiales educativos primarios sean estudiados por los alumnos en casa y, luego, se trabajen durante la clase. Así se consigue optimizar el tiempo en clase dedicándolo, por ejemplo, a atender los problemas específicos de cada alumno a la hora de realizar sus actividades.

Además, poner en práctica esta metodología no supone sólo un ejercicio mental por parte de los alumnos, sino la conversión de los datos adquiridos durante el aprendizaje en información útil, lo que conlleva a cuatro grandes ventajas observables:

• Desarrollo del pensamiento crítico.
• Mejora de la creatividad para la resolución de problemas.
• Aumento en motivación y el interés del alumno por el aprendizaje.
• Un buen cultivo de la capacidad para implementar conocimientos en nuevas situaciones.

Este no es un método arbitrario y sin ningún fundamento ya que según lo dicho por el experto en educación Robert Swartz en el 8° seminario internacional de educación integral, con este tipo de metodologías "los alumnos aprenden habilidades de pensamiento de un orden superior o formas más sofisticadas de entender lo que se está aprendiendo en tanto que los maestros les enseñan a usar esas habilidades para analizar y pensar críticamente el material de estudio. Así se llega a un aprendizaje más profundo y enriquecido”.