Mis clases se adaptan a las necesidades de cada alumno, dependiendo del contenido que cada uno necesite ver. Una vez que tenga en claro cuáles son los temas que necesitan ser estudiados, yo hago una búsqueda del material y actividades que se ajusten al alumno. Me gusta poder dar mis actividades de diferentes formas, no solo a través de libros y textos. Si mis alumnos son menores, lo ideal es darle un material didáctico en el que aprendan con canciones, dibujos, etc. Para los alumnos adolescentes o adultos también busco la manera de dictar una clase entretenida, siempre y cuando sea de su agrado.
Mi experiencia enseñando siempre fue grata porque logré tener una buena relación con mis alumnos además de que todos pudieron aprobar la materia. Trato de generar un vínculo de confianza en el cual ellos saben que pueden hacerme cualquier pregunta sin vergüenza además de que pueden hacerme consultas fuera del horario de clases.
A su vez, hay veces donde prefiero dejar tareas que no sean extensas para que el alumno pueda tener la posibilidad de seguir practicando si es que así lo prefiere. Por otro lado, luego de 4 o 5 clases, me gusta tomar una pequeña actividad evaluadora para quedarme tranquilo de que el alumno está aprendiendo en tiempo y forma. Esta opción de la actividad evaluadora suelo hacerla en clases donde hay más de 1 persona, para así darme cuenta si todo el grupo está en el mismo nivel o alguien necesita más ayuda.