De los años 2001 al 2003 viví año en Incisa, Val.no, Toscana, Italia y un año en Montet, FB, Suiza.
Tomé clases de italiano dos años, durante mi estancia en Europa y desde el año 2001 convivo diariamente con italianos; conozco sus costumbres, gastronomía y modismos en el lenguaje. A través de estos años, he apoyado como traductora simultánea para América Latina en eventos internacionales con muy...
De los años 2001 al 2003 viví año en Incisa, Val.no, Toscana, Italia y un año en Montet, FB, Suiza.
Tomé clases de italiano dos años, durante mi estancia en Europa y desde el año 2001 convivo diariamente con italianos; conozco sus costumbres, gastronomía y modismos en el lenguaje. A través de estos años, he apoyado como traductora simultánea para América Latina en eventos internacionales con muy buenos resultados.
Mas que un reto, aprender italiano es dejarse conquistar por una tierra y una cultura vastísima. Hay que partir de los intereses de los alumnos y su compromiso. Y en acuerdo con sus padres, delinear las competencias y los objetivos de cada módulo, duración de cada clase, la metodología y el material didáctico a utilizar para tomar la atención de los educandos y hacerlos "cómplices" del idioma que hablarán.
La satisfacción de impartir clases:
He impartido clases a turistas y niños a través de juegos y diálogo. Quienes al final del curso, han podido seguir instrucciones, comprender una conversación, cantar una canción y expresar sus sentimientos en italiano.
El italiano es un idioma tan rico como el español, es necesario aprender la gramática para no cometer errores y al igual que el español, su riqueza expresiva lo convierte en una lengua llena de vida, sentimiento no sólo de comunicación. El arte italiano, es un gran compañero para aprender el idioma. De manera que las lecciones abarcan el vocabulario, la gramática, comprensión de lectura, diálogo, además de historia italiana, arte y gastronomía y se avanza según los pasos del estudiante y su interés.