Mis inicios en la docencia se remontan al lejano 1990 cuando, siendo estudiante, impartí clases de preparatoria abierta a grupos en dependencias de gobierno federales. Fue en 1996 cuando ingresé a la Universidad en la que todavía laboro. Siempre he pensado que las matemáticas han sido malinterpretadas pensando que es lo más difícil de este mundo, cuando en realidad ofrecen un mundo de oportunidad...
Mis inicios en la docencia se remontan al lejano 1990 cuando, siendo estudiante, impartí clases de preparatoria abierta a grupos en dependencias de gobierno federales. Fue en 1996 cuando ingresé a la Universidad en la que todavía laboro. Siempre he pensado que las matemáticas han sido malinterpretadas pensando que es lo más difícil de este mundo, cuando en realidad ofrecen un mundo de oportunidades para prepararnos mejor. En mis clases no hay aburridas y apantalladoras exposiciones de temas, mas bien hay un ambiente ligero que permite interactuar con mis alumnos para que todos participemos; por supuesto que siempre hay una explicación del tema y una serie de ejercicios que introducen al tema, pero para mí es muy importante que el alumno tenga contacto con los temas, que los "huela" y los haga suyos, de ahí que parte medular de las clases es la práctica al resolver ejercicios los que, por cierto, no son iguales, DE NADA SIRVE RESOLVER 25 EJERCICIOS IGUALES.
Conforme se avanza se va logrando uno de los principales objetivos de mis clases: QUE LAS MATEMÁTICAS SIRVAN PARA PENSAR, para estimular la capacidad de análisis, la capacidad de abstracción. Yo sé que nunca vas a aplicar una ecuación cuando vayas a los tacos pero si tienes un buen desarrollo en matemáticas no tengo duda que tu mente será más ágil para poder hacer análisis en otras áreas del conocimiento, en tu trabajo e incluso para encontrar esas palabras exactas para conquistar a la chica o chico que te gusta.