Pamela E. en pocas palabras
Mi experiencia de compartir el conocimiento y facilitar el aprendizaje de asignaturas que pueden ser consideradas difíciles, pero que en realidad no lo son, comenzó desde que iba en la secundaria, cuando daba junto a mi padre talleres de regulación para estudiantes que iban en la primaria. No obstante, fue hasta el bachillerato que me enfrenté con la experiencia de dar clases a un grupo de más d...
Mi experiencia de compartir el conocimiento y facilitar el aprendizaje de asignaturas que pueden ser consideradas difíciles, pero que en realidad no lo son, comenzó desde que iba en la secundaria, cuando daba junto a mi padre talleres de regulación para estudiantes que iban en la primaria. No obstante, fue hasta el bachillerato que me enfrenté con la experiencia de dar clases a un grupo de más de 10 personas. Hasta el bachillerato, las asesorías que compartía fueron sin costo alguno. Ahora, en virtud de que soy adulta es que he comenzado a cobrarlas.
A lo largo de mi trayectoria he aprendido que unas bases sólidas en los temas por aprender, aseguran un aprendizaje efectivo. Por lo que comienzo siempre revisando las bases (de los diferentes temas) con las que partimos en las sesiones de asesoría. Posteriormente, en una sesión de trabajo-asesoría, se da una introducción al tema, se ejemplifica con un ejercicio y finalmente se procede a realizar varios ejercicios de práctica.
Para mí es importante que el estudiante verbalice lo aprendido, lo que está aprendiendo... Por tanto, durante la clase-asesoría, la mayor parte de tiempo se le está invitando al joven o infante que exprese en sus propias palabras, lo qué hasta el momento se ha visto en clase y las dudas que le han surgido.
Finalmente, pienso que relacionar el tema con su realidad es parte crucial para que el conocimiento se fije; de manera que, los ejercicios y ejemplos que se les plantean, se hacen desde un contexto al que vive en su cotidianeidad.
Espero podamos aprender juntos y juntas.