Por norma general se suele pensar que toda actividad innovadora puede causar rechazo o descontento. Los padres apoyan la metodología de aprender jugando tras ver las ganas y la motivación que muestran los niños y niñas ante las clases y los nuevos conocimientos que adquieren cada día, a pesar de no llevar deberes a casa o no tener que estudiar para un próximo control.
En general, como se puede comprobar, la innovación y la aplicación de nuevas estrategias como la gamificación, viene toda dada según las ganas y el esfuerzo por crear métodos nuevos de los docentes. Ellos son el motor para conseguir un avance en el aprendizaje de sus alumnos de la mano de los juegos.
Es una realidad que, cada día más, se van aplicando metodologías innovadoras que pueden o no causar buena impresión en las familias o en los docentes que confían en la enseñanza tradicional. A pesar de ello, el juego en el aula tiene más apoyo del que parece. Es decir, ya son muchos los docentes y las familias que consideran como un avance el aprendizaje lúdico.
Si bien es cierto, aún queda camino por recorrer, puesto que aún hay un grupo menos numeroso que no confía en su eficacia, opinión entendible debido a que la enseñanza tradicional sigue dando buenos resultados y los profesionales que saben aplicarla no tienen por qué cambiarla si así lo desean.
En el área de Lengua y Literatura, se ha podido comprobar que para fomentar la lectura, enseñar a leer o escribir o desarrollar la expresión oral, no hace falta usar únicamente el libro, y ni tan siquiera mandar deberes a casa.
Por lo tanto, queda claro que la gamificación sólo necesita tiempo, ganas y creatividad por parte de maestros y profesores para conseguir darle un enfoque diferente que cause curiosidad y empuje a querer aprender y conocer más sobre todas las asignaturas.
Para finalizar, queda demostrado que es un avance apostar por el aprendizaje lúdico y que hacerlo conllevará a que, con el paso del tiempo, éste se gane la confianza de más familias y docentes cuando experimenten los buenos resultados.
En cuanto a los docentes, sé el esfuerzo que supone planificar las clases y más si se trata de innovar y de buscar la motivación del alumnado, es decir, sé que enseñar jugando no es tan fácil como aprender jugando, pero el resultado final debe ser el motor que mueva a los docentes a integrar la gamificación en la enseñanza.