Acabas de salir de clase y tienes la sensación de que nada ha salido como esperabas, las dudas que no has sabido resolver, tu alumno no ha entendido lo que querías explicar y ha estado dos horas poniendo esa cara que solo finge enterarse de las cosas. Hoy no has llegado, ha sido una mala clase y crees que no eres un buen profesor.
No todos los días tienen que ser tu día, pero puede que el problema esté en cambiar la planificación.
La forma en la que preparamos las clases es fundamental.
Tener muchos conocimientos es importante y saber improvisar es una gran herramienta, pero en la constancia está la clave. Solo si le dedicas tiempo a tus clases fuera ellas, podrás ser realmente bueno.
Queremos ayudarte a mejorar como profesor y a conseguir más alumnos. Por ello, te presentamos algunos consejos que trascienden las materias y los niveles, cosas que todos deberían tener en cuenta.
Marca unos objetivos
Antes de comenzar la clase intenta proponerte los objetivos que va a alcanzar al final del tiempo delimitado. Que sean claros, concisos y a corto plazo. No deberían de ser algo abstracto, sino algo tangible que puedas demostrar, como por ejemplo que tu alumno sea capaz de realizar un determinado ejercicio.
Que tus objetivos tengan que ver con las capacidades de tu alumno, no con los tiempos o capacidades del profesor. Si todos los objetivos por clase son iguales para todos tus alumnos probablemente estés cometiendo un error, tienes que adaptar cada clase a cada alumno. Para esto no hay más remedio que conocer a tus alumnos.
Prepara los temas
Una vez sepas lo que vais a tratar en la clase tienes que centrarte en preparar el tema concreto, para ello tienes que tener en cuenta una serie de puntos:
- Delimitar el tema. Tienes que tener claro dónde empieza y dónde acaba un tema. Si tú lo tienes claro tu alumno también lo tendrá y los esquemas mentales serán mucho más sencillos.
- Ideas principales. Prepara una pequeña nube de ideas principales. Estas tienen que tener un orden lógico y que estén conectada entre ellas. Vas a dibujar en la mente de tu alumno un esquema que tiene que estar bien claro.
- Prepara preguntas de comprobación. Es importantes saber si la clase se está entendiendo o no. Si no compruebas que tu alumno lo está entendiendo no podrás avanzar. A veces no vale con simplemente preguntar si se ha entendido, piensa algunas preguntas que pongan a prueba a tus alumnos.
- Organiza a tus alumnos previamente. Si bien es difícil que tus alumnos se prepararen la clase, hazlo tú por ellos. Prepara fichas previas a la clase, que le puedes mandar antes un día o varios antes. Esto no debe ser más de una página donde se expongan las ideas principales, para que cuando empieces a hablar de ellas les suene de algo y puedan relacionarlas.
- Prepara ejemplos. Cuando veas los temas que vas a dar intenta poner ejemplos que ayuden a tus alumnos, intenta que tengan que ver con sus referentes y gustos.
Prepara tus recursos
Existe una serie de recursos que te pueden ayudar en una clase. Probablemente pienses que estas cosas se improvisan o salen solas, puede que tengas razón. Pero ¿Por qué no planificarlo? Dedica algo de tiempo a planificar tu material didáctico y a tener en consideración algunas cosas que pueden jugar a tu favor, si durante la clase se te ocurren más tendrás doble ventaja.
- Preguntas. Tanto las que hacemos nosotros, como las que queremos hacer como las que nos pueden hacer. No dejes que este tipo de preguntas salgan solas, si intuyes por donde te van a venir, anótalas y piensa una buena respuesta. Ir un paso por delante del alumno siempre es un acierto.
- Interrupciones. Una clase particular siempre se plantea más como una conversación, pero seguro que tendrás que dar algún que otro discurso que te interrumpirán. Algunas personas salen de estos contratiempos con cierta facilidad. Pero si no eres de esas personas no te preocupes, prepárate algunas salidas ingeniosas, no importa si al principio no es algo tan natural, irás mejorando.
- El humor. La comedia es una de las mejores armas que existen a la hora de enseñar. Internet es una fuente constante de humor sobre todo tipo de cosas, hasta la cosa más seria. Si no eres capaz de ser gracioso intenta ilustrar tus clases con memes, gifs o vídeos.
- El tiempo. El tiempo es tu aliado y tu enemigo. Cuando planifiques los temas intenta estructurarlos y si hace falta que cronometres cuánto deberías tardar en explicar algo, hazlo.
- El entorno. El sitio donde demos nuestra clase es muy importante. Si lo hacemos en un lugar hemos elegido tendremos que pensar todos los elementos bien. Tener en cuenta las distracciones y los estímulos. Pero si nos desplazamos es importante hacer algunas recomendaciones sobre el espacio de trabajo, intenta hacerlo sin faltar ser invasivo.
- El material. Crear tu propio material didáctico es lo mejor que puedes hacer, ya que dejas tu propia marca. No olvides si crear tu propias fichas de trabajo poner tu nombre o algo que te identifique. Pero si no tienes tiempo internet está lleno de material didáctico para todo tipo de materias y asignaturas.
Esta serie de consejos pretenden ser orientativos, sería un error pensar que hay que seguirlos al pie de la letra. Interprétalo y llévalo a tu campo, la mejor manera de dar clases particulares es personalizarlas. Llena estos consejos de personalidad, guíate por tu creatividad y no encorsetes tus discursos. La clase es el elemento más importante de un profesor y solo un profesor sabe de verdad como impartirla.
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