Desde los mas pequeños hasta los mas mayores, todos tenemos nuestros miedos. Es algo natural. Es nuestra responsabilidad aceptarlos, disolverlos o vencerlos poco a poco. Abrazando así nuestra parte victimista que habita en nosotros.
Los miedos mas irracionales han sido necesarios para la supervivencia del ser humano, el miedo a la muerte, miedo a ser atacado por otra especie… Nuestros ancestros tenían miedo a no ser aceptados por su tribu, ya que solos no podrían sobrevivir. Sabían que acabarían muriendo de hambre, de frío o por enfermedad…
Gracias a la vida actual, este miedo a ser rechazado y a no encajar que tenemos tan arraigado por nuestros ancestros, ya no tiene un peligro real. No vamos a morir por esa causa. Así que te animo a que enfrentes esos miedos que tienes pero que sabes que ya no tienen peligro para tu integridad física y tu salud.
Muchos clientes con los que trabajo tienen los siguientes miedos racionales: a no ser perfectos, a no ser dignos de amor, a no tener reconocimiento, a no tener suficiente atención, a expresar sus sentimientos, a tomar decisiones, a sufrir, a perder el control, a resolver conflictos…
Pero mi propia experiencia me dice, que tanto las personas que me rodean en el presente, y las que han pasado por mi vida, el mayor miedo que tenemos es brillar con luz propia.
https://www.youtube.com/watch?list=PLsIDkU-blcSTdnc4YJJ391Nj_zkhIe8-K&v=c0xM7cxZsBA
“Nuestro mayor miedo no es que no encajemos. Nuestro mayor miedo es que tenemos una fuerza desmesurada. Es nuestra luz y no nuestra oscuridad lo que más nos asusta. Empequeñecerse no ayuda al mundo.
No hay nada inteligente en encogerse para que otros no se sientan inseguros a tu alrededor. Todos deberíamos brillar como hacen los niños. No es cosa de unos pocos sino de todos.
Y al dejar brillar nuestra propia luz inconscientemente damos permiso a otros para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo nuestra presencia libera automáticamente a otros…”
Texto y vídeo extraídos de la película Coach Carter
Te animo a confrontar, superar, entrenar y vencer este gran miedo, que brilles con luz propia y que nada te pare!
Piensa por un momento: ¿Qué es lo peor que te puede pasar?
Un abrazo!