En algún momento, se aferra de nosotros la inquietud, y, quizás, la necesidad de abordar el aprendizaje de un instrumento. La razones aparentes pueden ser muchas: la atracción por el timbre (sonido característico) de algún instrumento, el deseo de parecerse a una "estrella" del ambiente musical, por sugerencia de algún familiar, o incluso por un deseo "importado" por otra persona a uno mismo.
No hay que perder de vista que esa chispa que nos motiva a aprender, responde a la naturaleza de un deseo íntimo, y por más que a lo largo de nuestro aprendizaje ese impulso inicial vaya madurando, mutando y trasformándose, es importante no dejar que se apague o se extinga por el quehacer periódico de nuestra disciplina artística.
El aprendizaje de un instrumento, como la vida misma, lleva consigo una dinámica compleja: hoy nos motiva haber logrado algo, mañana nos frustra o nos entristece no poder salir de una dificultad; o bien nos topamos con obstáculos que relativizan ese impulso inicial o bien que nos puede llevar a dejar el instrumento.
Un instrumento es, en esencia, un medio, un canal por el cual expresaremos un mensaje complejo liberado del concepto y capaz de generar multisignificados: la musica. El discurso musical, es un particular tipo de mensaje que requiere un uso racional e intuitivo de nosotros mismos, para expresar lo que se quiere decir. Las reglas que impregnan al quehacer musical son inseparables de la capacidad imaginativa y creativa, ya se trate de música nuestra o de compositores, vivos o muertos.
Cuando uno evoluciona en el aprendizaje de un instrumento, entiende el desplazamiento del eje de importancia: del insturmento (canal) a la música (mensaje). Y en este grado de desarrollo uno es capaz de sentir que todos esos obstáculos que se presentan en el aprendizaje, son los mismos que puede tener un niño en su camino por poder expresarse verbalmente o para aprender a expresarse. La técnica instrumental no es sino una herramienta: como un martillo, destornillador o un taladro; en sí, por más bellas que puedan ser estas herramientas, sirven para hacer muebles, puertas, mesas, casas.. Aprender como usar un destornillador correctamente, nos permitirá ser mas diligentes y acertivos en el afán de construir algo, pero no nos sirve para nada más.
La técnica instrumental, principal razón de deserción instrumental, es la que nos conduce, en tanto herramienta, a ser capaces de hablar música a través de nuestro intrumento musical, de expresar y comunicar a nuestra audiencia un mensaje, que tendrá una incidencia emocional y un significado en ella.
Todo se trata, entonces, de ser concientes que esa inquietud que nos mueve a aprender, es una chispa, una llama que desea poder hablar con música. La tarea del docente, asi como el estudiante, será de conservar esa llama única encendida, alimentarla, moldearla. Toda actividad artistica responde a una necesidad antigua de nuestro ADN humano de crear y re-crear realidades, conceptos e ideas inexistentes, pero siempre latentes, siemrpe posibles.
Cuando te halles en crisis de instrumento, despojáte de toda comparación, de toda ambición irreal, de toda necesidad de cubrir expectativas ajenas, de superficiales deseos de fama, porque alli es donde la llama comienza a agitarse y a extinguirse por vientos que no son propios...
La musica, el arte, es un camino único, personal, de enriquecimiento colectivo, que implica propiciar el nacimiento de posibles realidades: pura potencia, pura posibilidad, es trasformación y elevación de conocmiento, pero tambien es autoconocimiento, purga emocional y desarrollo de nuestro entero ser.