Tiempo lleva en el centro de la polémica la asignatura de la Filosofía, que no cuenta con las simpatías de toda la comunidad educativa y que se convierte en la asignatura más criticada a medida que los alumnos ven acercarse 2º de Bachillerato, donde buena parte del alumnado considera que es una auténtica pérdida de tiempo estudiarla, sobre todo aquellos que optan por ramas y grados que “no tienen nada que ver con las Humanidades”…
Pero ahora, por fin, parece que quienes veían en esta asignatura a un enemigo a derrotar, verán su objetivo cumplido, al menos, en las generaciones que vienen detrás de ellos: la asignatura de Filosofía desaparece. Buenas noticias para los poco amigos de “aprender de memoria” o los que consideran la Filosofía una pérdida de tiempo: su permanencia en la educación tiene los días contados, si ninguna modificación de las leyes lo impide, el curso 2016/17 será el primero en el que la Filosofía no forme parte del plan escolar.
¿Un enfoque poco acertado de la Filosofía?
Ahora bien, hay muchas voces que apuntan a que la Filosofía, como tal, llevaba muchos años desaparecida y que, en realidad, no era más que una asignatura en la que se impartían conceptos que había que memorizar, así, porque sí. ¿Qué tiene la memorización que ver con la idea de que la Filosofía ayuda a desarrollar el pensamiento crítico? Argumentaban quienes consideraban la asignatura un lastre en la educación moderna.
Y bien pensado, lo cierto es que tener que estudiar a un número de autores impuestos por un plan educativo (y no otros) hace que la Filosofía se presente como una asignatura algo azarosa, más cuando, buena parte de los contenidos del examen será una demostración teórica de lo bien que se conoce tal o cual autor, lo que comúnmente se dice “saber de carrerilla”.
Quizás este haya sido el gran error relativo a esta asignatura en los últimos años: dejar de ser una asignatura en la que todo es cuestionable y todo debe ser cuestionado, para convertirse en una asignatura de “certezas” en la que solo es válido lo que tal o cual autor dice tal y como él lo dijo, sin dar mucho espacio a la reflexión del alumno o a que exprese sus propias conclusiones.
Las razones por las que la Filosofía no debería desaparecer
La adolescencia es una etapa complicada, en la que los jóvenes se enfrentan a grandes dudas y a importantes conflictos que no siempre son fáciles de resolver con un “Sí” o con un “No” y que no siempre tienen una respuesta evidente o cierta, sino que son cuestiones sobre las que hay que aprender a reflexionar e interiorizar, antes de asimilarlas. La Filosofía es la asignatura que ayuda obtener las herramientas para resolver algunas de las preguntas vitales, esenciales y trascendentales.
La Filosofía no solo enseña “qué piensan otros o qué pensaron” sino que orienta sobre cómo se llegó a comprender distintos conceptos a través de las preguntas y también apunta a que las dudas son la mejor forma para obtener certezas.
De la Filosofía surgieron materias como la Física, ya que de los porqués de cuanto sucedía en el entorno de los primeros filósofos, surgió la necesidad de buscar respuestas, de argumentar para defender ideas, de demostrar que se tiene razón o de darse cuenta de las equivocaciones.
La correcta comprensión de qué significa la Filosofía y de cómo influye en la sociedad tiene relación con el pasado, pero también con el presente y con el futuro del ser humano. Política, Justicia, Derechos o Sociedad están fuertemente ligados a las bases de la Filosofía y el futuro desarrollo de estas ciencias, como de muchas otras, está directamente ligado con la comprensión de la importancia de la Filosofía.
Pero, en la actualidad, desprestigiada y carente de buena parte de sus bases de crítica y cuestionamiento del “todo”, la Filosofía tiene los días contados en la educación.
¿Estáis a favor o en contra de que la Filosofía desaparezca de la educación?