Un concierto, una función de ópera/zarzuela, una audición, etc… siempre crean en el cantante situaciones de estrés y nervios. Para mejorar esto, existen una serie de recomendaciones para optimizar nuestro rendimiento y conseguir mejores resultados:
Descanso: El descanso los días previos es fundamental, pero es aún más importante el día de la función. Por mi experiencia, la mejor recomendación es haber dormido mínimo 8 horas la noche antes del concierto, pero sobre todo haber descansado correctamente.
Seguir una rutina: Esto variará en función de la hora a la que sea el concierto, PERO, es recomendable tener claro qué hacer durante el día. A modo de ejemplo, si el concierto (función, audición, etc.) es por la tarde, mi rutina es la siguiente: Levantarme, desayunar, salir a la calle y pasear (mínimo una hora), mover un poco la voz (no vocalizar, simplemente ir despertando la voz con ejercicios suaves, boca cerrada, ir despertando sensaciones y poco más), comer, hacer un descanso activo (no dormir la siesta sino repasar los textos, la partitura, los movimientos) caminar hacia el teatro (en la medida que esto sea posible) y ya en el teatro hacer vocalización, repasar entradas con los compañeros y activarme para estar ” focus” en la función.
Hidratación: Es IMPORTANTÍSIMO mantenerse hidratado durante todo el día. Beber mucha agua facilitará que tanto nuestro cuerpo como nuestro aparato fonador en particular, se encuentre hidratado y en las mejores condiciones. Yo recomiendo no sólo beber agua, sino tomar infusiones (de jengibre, de tomillo, con miel…)
Alimentación: Tal y como comenté en el post anterior, la alimentación es importantísima para el cantante. Conocer qué alimentos nos vienen bien, nos ayudará a mejorar nuestra condición física para el día señalado. Para ello, cada uno tiene que conocerse, saber que si, por ejemplo, “el tomate no me sienta bien, me crea reflujo”, pues no tomes tomate. En mi caso sé que me viene bien tomar hidratos el día del concierto, pero también verduras (cebolla, pimiento, ajo…) y algo de proteína. Todo ello en cantidades justas, nada de darse un atracón que pueda crear el temido reflujo el mismo día del concierto, por esto acostumbro a tomar pasta con verduras y carne. Poco antes de la función (1 hora antes aprox.) suelo tomar alguna fruta y durante la función si necesito energía extra, suelo tener un plátano para comer en los descansos.
Relajación Positiva: Algo que he aprendido durante estos años es que todos tenemos dentro una voz que nos infunde miedo, inseguridad, que nos hace creer que no estamos preparados y que en definitiva no nos aporta nada bueno. Para “luchar” contra esta voz utilizo la relajación activa, visualizarnos consiguiendo nuestros objetivos, teniendo éxito, hacernos ver a nosotros mismos que sabemos QUÉ hay que hacer y sobre todo que sabemos CÓMO hacerlo. La voz de la inseguridad va a estar ahí, pero depende de nosotros ponerle un altavoz o silenciarla.
Vocalización: Por último, pero no por ello menos importante, me gustaría hablar de la vocalización, previa a la función. Como he comentado antes, durante todo el día de la función suelo mover un poco la voz, reconocer sensaciones, y chequear un poco en qué estado se encuentra la voz. Todo ello lo hago para saber en qué voy a tener que centrarme al hacer la vocalización previa al concierto, función, etc. También influirá mucho el repertorio que tengamos que representar ese día. Por ejemplo: hay días que la voz está más baja (de posición), más pesada, que cuesta más trabajo afrontar los agudos y en definitiva que no está igual de flexible todos los días. Esos días tendremos que ver qué repertorio tenemos que cantar, para en función de ello aligerar la voz, “subirla” más o menos, puesto que no es lo mismo tener que cantar una función de zarzuela ( que en mi caso particular, como barítono, casi todos los papeles son bastante agudos de tesitura) que tener que cantar la parte de bajo de un Oratorio ( tipo Requiem de Mozart por ejemplo) que no suele ser especialmente agudo. En el primer caso tendremos que hacer vocalizos que suban más de tesitura, que aligeren la voz, por medio de trabajo de agilidades, etc, y en el segundo caso centrarnos más en trabajar la flexibilidad, la redondez, el timbre, etc.
Para terminar, y reforzando la idea del post anterior de la alimentación, lo más importante es conocerse a uno mismo, conocer cómo funciona tu cuerpo. Yo os he contado las cosas que a mí me vienen bien, pero cada uno tiene que encontrar sus propias recomendaciones.
Espero que os sirva y me gustaría que me contaseis cual es vuestra rutina en días de función y qué es lo que mejor os sienta.
Nos leemos en el siguiente post, un abrazo!