¿Qué es la Ley de Parkinson?

Hoy traemos un post para todos: para alumnos y para profesores. ¿Habéis oído hablar de la Ley de Parkinson? Nada tiene que ver con la enfermedad neurodegenerativa del Parkinson. Esta ley tiene que ver con la administración de nuestro tiempo y los resultados que obtenemos en nuestras tareas como los trabajos, los exámenes, la planificación de las clases... Se podría resumir así: alargamos nuestras tareas hasta llenar todo el tiempo de que disponemos para hacerlas. Así, si una redacción puede resolverse en media tarde pero tenemos una semana para hacerla, el tiempo que tardemos en terminar se multiplicará, aunque lo hagamos a última hora deprisa y corriendo. Sí, porque el tiempo que perdemos en pensar que la tenemos pendiente, que tenemos muchos apuntes que pasar, exámenes que corregir... también cuenta. Es tiempo perdido y además nos provoca angustia y nos hace ser menos productivos. Aquí os damos unas claves para poner fin a esto, afrontar la Ley de Parkinson y aprender a organizarnos.




1. Cuanto antes mejor. Aquí se puede aplicar el refranero popular: "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy", y en este caso es totalmente cierto. Si tenemos una tarea, intentemos hacerla en cuanto podamos. No significa que debamos hacer las cosas deprisa ni con un cronómetro al lado, pero si disponemos de tiempo para hacer el trabajo, hagámoslo. Como decíamos unas líneas más arriba, hay un tiempo que no es productivo pero que gastamos. Se trata de ese tiempo en el que pensamos que tenemos algo que hacer, pero no lo hacemos porque no queremos afrontarnos a ello. Muchas veces gastamos más tiempo pensando en lo que tenemos que hacer que el tiempo que necesitamos realmente para hacerlo.

2. Si no tienes una fecha límite cercana, póntela tú. Es un reto, acortarás el problema, terminarás antes y podrás dedicar tu tiempo a cosas que te estimulen más. Además, cuanto más se dilate en el tiempo tu tarea, más posibilidades de que se vuelva más compleja cuando en realidad no lo es.


3. Tómate tus descansos. Aprender a organizarse significa organizar también tu tiempo libre. Tenemos que trabajar con determinación pero con las pausas que necesitemos. Ahora bien, las pausas deben ser proporcionales al tiempo de trabajo. Por ejemplo, parar 10 minutos cada hora.

4. No saltees las tareas. Si tienes muchas tareas, te ayudará resolverlas una a una en lugar de estar a todas... y a ninguna. Con el primer capítulo cerrado tendrás la mente más despejada y te podrás concentrar mejor en solucionar el segundo. Así serás más productivo y te quedará más tiempo después para tu ocio y tus hobbies.

5. Clases particulares planificadas: ¿qué necesita mi alumno y cómo voy a tratarlo? Haz un planning sobre qué tratarás en clase y cuánto te llevará cada ejercicio. Te ayudará a ordenar tus clases y a no dejar cabos sueltos. Eso sí, intenta que tu planning no ocupe el 100% del tiempo para que haya lugar a la improvisación, la interacción, las dudas... Si eres el estudiante, planifica también qué quieres trabajar con el profesor. Cuéntale qué necesitas reforzar para que el profesor pueda preparar mejor las sesiones, adecuarlas con ejercicios a medida y que las clases terminen siendo un éxito.