Estoy convencido que, uno de los grandes inconvenientes que enfrenta el aprendizaje de la Matemática y la Estadística, tiene relación con un imaginario colectivo que se viene construyendo, desde los orígenes de los orígenes, con respecto a un cierto "Monstruo Matemático".
Este "monstruo" nos asusta desde que somos pequeños. Es un monstruo fantasmagórico, que nos atemoriza desde las primeras clases, por allá en la educación primaria. Sin embargo, el monstruo puede fácilmente convertirse en DUENDE. Las Matemáticas y la Estadística pueden convertirse en desafiantes, entretenidas y lúdicas herramientas. El monstruo, entonces, desaparece, convertido en Duende juguetón.
Este ha sido, desde siempre, uno de mis principales desafíos, cuando inicio mi experiencia pedagógica con estudiantes que, la mayor parte de las veces, temen u odian las Matemáticas o la Estadística. Trato de convertir al montruo en Duende. Creo que lo he conseguido en innumerables casos y, entonces, l@s estudiantes comienzan a perderle el miedo y el respeto a una materia que comienzan a entender y sentir de manera próxima, agradable, hasta entretenida.
El objetivo de las clases particulares no debe ser sólo, entonces, el aprendizaje de un contenido o materia que se memorizará y servirá para aprobar exámenes. Se trata de conocer y experimentar con una herramienta que nos sirva para pensar, para reflexionar, para jugar lógicamente con números, operaciones, funciones, etc. Se trata de disfrutar, con sentido, con compromiso. De eso se trata!