Usualmente cuando interactúan dos cuerpos, es decir, uno aplica fuerza sobre el otro ya sea que estén en contacto o no, se piensa que uno es el que influye y el otro es el que sufre dicha influencia, pero la verdad es que ambos cuerpos influyen uno sobre el otro. Todo cuerpo que choca contra otro cuerpo, o simplemente entran en contacto no únicamente el primer cuerpo ejerce fuerza sobre el segundo cuerpo, sino también el segundo ejerce una fuerza de reacción sobre el primero, es decir, hay una acción mutua. Esto y mucho más, lo puedes aprender con la ayuda de tu profesor de física.
Esta situación demuestra que las fuerzas no existen aisladamente, sino siempre en parejas. De ahí Newton llegó a la conclusión de la tercera ley de Newton, o también conocida como ley de acción y reacción, que dice así: La acción siempre es igual y opuesta a la reacción, lo cual implica que las acciones mutuas de dos cuerpos entre sí, son iguales y están dirigidas en sentidos opuestos.
Existen innumerables situaciones donde se aprecia la tercera ley de Newton:
Por ejemplo: Cuando alguien golpea una pared, ya sea intencional o accidentalmente, la fuerza aplicada con el puño sobre la pared, que es a lo que se le llama acción, siempre estará acompañada de una fuerza contraria de igual magnitud, a la que se le llama reacción, por tal motivo el puño queda adolorido, ya que el golpe que se propina a la pared, éste la devuelve con la misma intensidad, de hecho entre mas fuerte se aplique el impacto más fuerte será la reacción, incluso hasta el nivel de fracturar los huesos.
Otro ejemplo en el que se aprecia el cumplimiento de esta ley es el choque entre dos automóviles como lo muestra la imagen en el que ambos autos reciben el mismo impacto, por la que la fuerza de acción es la misma que de reacción. Incluso en el caso de uno de los carros se encuentre estacionado y el otro en movimiento, ambos recibirán una fuerza de la misma magnitud pero contrarias, lo cual se puede apreciar en el chasis doblado en ambos autos.